viernes, 26 de diciembre de 2008

Ultimo tercer mes

Madre recordaría irme de casa si supiera donde está
Si alguna vez hubo hogar, seno, muerte, vientre
Seguro sabría de donde huir

Calma y vierte la enorme noche
Sobre el ser del todo

Tu no has sido siempre el común de los cielos
Has sido nube cuando la lluvia apremiaba

Que pretendes ahora si no puedo
amarte si calzo tus ojos sobre esponjas secas

Si calzo tu fauce sobre palabras eternas
Blasfemias hechas de barro que son toda lluvia

II

Ventana. Brazo. Cuerpo amarillo. Algún lugar detrás. Nudillos ardientes. Hollín. Casa humeante. Tinta rupestre. Habilidad de tus uñas. Carne. Superficie. Terciopelo. Conjunto de formas trazadas por el viento. Llenan. Tus labios llenan. Llamarada ajena. Piedra. Siglos. Color oculto detrás de todas las cosas. Niebla. Líneas doblegando sinuosas como una mejilla. Y la comisura de tus labios resecos. Vaho uno. Vaho dos. Arquetipo de tus manos. Palabra. Absurda. Claro. Negro.

I

Una semana. Suceso cálido.
Angustia.

La mañana de verbos ausentes
Que son silencio tibio acostado
Como una pieza más
Que se angustia por la luz entrante
Ha amanecido
Debo marcharme

Reconstruirme
Con el sexo encallado
En un horizonte rojo

Aleteando y sumergido
Un grito
y la noche es sombra

EL MICROBÚS DERIVA EN EL PENSAMIENTO DE LOS MORTALES

La neblina es una mordaza densa que penetra por las ventanas. Frío. Calor. Viento. Camino a Recoleta al atardecer. Tormenta. Caminata larga rápida y triste. Mi nombre es el otoño. Mi vida se reduce a una travesía. Un asiento calmo. Una puerta. Unas escalinatas. Varias ventanas. La vida de otras gentes. Un botón para bajar en alguna esquina. Avenida quiénsabedónde. ¿Donde estás? ¿Aún puedo buscarte?.