Nada atrae más a la mugre…
que los niños.
Cuando somos niños, no hay nada que nos importe más, que jugar y ensuciarnos. A sabiendas de las reprimendas posteriores de nuestras bienaventuradas madres, pues claro: ellas lavaban nuestra ropa.
Recordar los juegos con barro en la huerta de mi casa, los fósforos que ingería (posible causa de mi estado actual), el miedo a cruzar
Qué levante la mano quien se comía la goma!
Qué levante la mano quien se comía el barro!
Qué levante la mano quien jugaba con su amigo imaginario!
Qué levante la mano quien lloró el primer día del kinder!
Qué levante la mano el que destrozaba el maquillaje y/o las cremas de la madre para hacer mezclas radioactivas!
Qué levante la mano quien se hacía el enfermo para que no lo lleven al colegio!
Qué levante la mano quien soñaba con ser alguno de los Thundercats!
Qué levante la mano quien lloró con la despedida de Candy y Terry!
Qué levante la mano quien era un pirómano en potencia y casi incendia su casa!
Qué levante la mano quien terminó con un tajón en el mentón por alguna travesura!
Qué levante la mano quien comió yucas fritas en lugar de pan durante el primer gobierno de Alan!
Qué levante la mano a quien un día le regalaron un fajo enorme de billetes y todo porque el inti se devaluó tanto que no servían para nada!
...a mí, me destrozaron el corazón, ja.