lunes, 9 de febrero de 2009

Mujer alterada

"Cualquier mujer con talento, nacida en el siglo dieciséis, se hubiera vuelto loca, se hubiera suicidado o se hubiera ido a vivir a las afueras del pueblo señalada de bruja..." Virginia Woolf

Los años se apilan, cronológica e irremediablemente. Cuando tenía cinco, esperaba la torta de chocolate desbordante de fudge. Cuando cumplí trece, pasé mi primer cumpleaños aprendiendo a lidiar con lo apretado del sotén. Cuando cumplí quince, doblé de un solo argumento la ilusión de mi mamá y su fiesta rosa. Cuando cumplí dieciocho, aprendí a convivir con mi plástico turquesa y la foto donde salí espantosa. Cuando ingresé a la segunda década, dejé atrás mi idea de ser monja clarisa y viví lo mejor que pude mis depresiones y violencia interna, que ademas de todo lo antipático que pudo resultar, me enseñó entre otras cosas, a vivir intensamente también lo que no soy.
Hoy, cumplo años. Tengo diez kilos más que hace ocho años (que son bastantes si están mal distribuidos, ja). Tengo veinte tonos de piel en mi cuerpo, por el sol. Tengo líneas de expresión en el ceño y la comisura de los labios. Soy feliz. No me he casado. No soy monja. No soy bruja...¿o si?

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